Cada vez más empresas incorporan programas de mindfulness dentro de sus políticas de formación, bien para empleados o para ejecutivos. El estrés a veces intrínseco en el ritmo laboral por la consecución de objetivos, cumplir fechas de entrega, búsqueda de competitividad, junto al impacto tecnológico sobre nuestros cerebros, hace cada vez más necesario un entorno laboral sano y equilibrado, que favorezca un adecuado rendimiento y la eficiencia.
La práctica de mindfulness cada vez tiene más evidencia científica de los beneficios que aporta, y de ello están tomando nota las grandes multinacionales ofreciendo programas a sus empleados. A modo de ejemplo la telefónica Orange puso en marcha a finales de 2016 un programa de formación y desarrollo que incluía, por primera vez, prácticas y técnicas de atención plena para sus mandos intermedios. Cuya valoración final según su director de comunicación relaciones institucionales fue: «Muy positiva. Incluso los más escépticos comprendieron sus beneficios y utilidad, y lo compartieron con el grupo. Lo experimentaban hasta físicamente, como cuando notaban más calor en las manos como consecuencia de la liberación de estrés». (El País Negocios, edición del 31/12/2017)
Los beneficios que puede aportar la práctica continuada de mindfulness se reflejan en la mejora de la toma de decisiones al propiciar mas claridad y creatividad mental, bajando los niveles de estrés y favoreciendo la empatía con el grupo de trabajo, mejorando la adaptación a los cambios, comunicándose de forma más asertiva y mejorando las relaciones interpersonales que favorezcan la gestión de conflictos.
En función de la empresa adaptamos programas según sus necesidades y disponibilidad. Con sesiones semanales o bien en talleres intensivos de medio día o día entero. Dichos programas se componen de una parte teórica relacionadas con la gestión emocional y del estrés, habilidades de relación, comunicación, gestión del tiempo…así como las prácticas correspondientes.